Una buena final, para un buen frontón y en medio, la fortaleza mental de los jugadores.
Cuando uno se dispone a ir a un espectáculo como es una final de parejas, los pensamientos del espectador son todos referidos a deseos de ver algo bonito. Sin embargo los pensamientos de los pelotaris se pueden dividir en varios estadios:
Primero: No existen dudas, estoy bien preparado y voy a salir a por todas
Segundo: Se ajusta a la frase, a ver si no hago alguna pifia y puedo terminar el partido bien .Ya no le importa ganar, sólo, su pensamiento le lleva a no hacerlo del todo mal.
Tercero: Las dudas se asientan y comienza el baile de los pensamientos negativos, no sé si estoy bien, igual tenía que haber trabajado más esta semana, no han sido los entrenamientos buenos, no me sentía cómodo. En esta zona se acumulan, los influjos externos, acontecimientos que deparan cambios, un pelotari es cambiado por otro y además la prensa, se refiere a lo negativo del tema y pone en entredicho la final.
Cuarto, con salir me vale, creo que es un éxito poder jugar la final
La pregunta sería ¿ cual de estos pelotaris puede ganar la final ?
Si vemos la manera de pensar, observamos, como la puerta del triunfo queda abierta , cuando nuestro pensamiento se abre a esa posibilidad, caso del pensamiento uno, deja la mente abierta para el objetivo que es, ganar la final, ya que desde si mismo no pone barreras a sus posibilidades. Sin embargo si nos vamos al dos, vemos como el temor le empieza a bloquear y por tanto sus pensamientos empiezan a trazar su película, de la probabilidad de fallar y cometer algún fallo gordo, que su pareja no pueda llevar bien y por tanto el pensamiento se introduce en ese mundo de valoraciones negativas, que harán, casi con toda seguridad que el fallo se cometa y que su rendimiento sea inferior al esperado .
Respecto al tercero, si las dudas se han asentado ya sólo queda sufrir, puesto que la inseguridad se impone y nuestro miedo a fallar nos atenaza y no podemos superar esta situación, haciendo un partido justito y sintiendo una decepción que arrastramos todo el patido.
Respecto del cuarto pensamiento, nos libera de la presión de ganar, pero nos limita el objetivo y cuando ya hayamos atravesado la mitad del partido sin fallar, nuestra respuesta será aguantar y hacer que nuestro particular resultado se ajuste a lo esperado.
Conclusión somos lo que pensamos y por ello quién no piense como ganador, será muy difícil que gane txapelas, si bien lo más bonito del mundo de los pensamientos y de las potencialidades de cada uno, es que se pueden entrenar. Por ello desde Vei´s Coaching trabajamos con una única idea, hacer crecer al deportista.
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